Construido en la década de los 60s, el Museo de Arte Moderno, emblemática obra de Pedro Ramírez Vázquez, es un ícono de la arquitectura moderna mexicana y un espacio de riqueza cultural que alberga el trabajo y obras de diferentes personalidades artísticas del siglo XX; sin duda, uno de los símbolos de identidad cultural para la Ciudad de México.
Este particular museo con obras de Remedios Varo, Mathias Goeritz y Francisco Toledo, entre otros, ha sido recientemente objeto de estudio para una ampliación arquitectónica. El Colegio de Arquitectos y el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) organizaron el concurso de ideas para la ampliación del museo, convocando a 28 universidades de la Ciudad de México y área metropolitana, con el objetivo de generar propuestas de valor arquitectónico para usos culturales.
El jurado de evaluación de los proyectos, conformado por Ernesto de Alba, José Luis y Enrique García Formentí, recientemente dio a conocer a los ganadores del concurso a favor de Regina Kuri Martínez, Alejandra Álvarez Bello y Camila Ureña Peña.
Representando a la Universidad Iberoamericana, el particular proyecto de este equipo propone un proyecto subterráneo que respeta la obra de Pedro Ramírez Vázquez e integra la vegetación del Bosque de Chapultepec, fungiendo como un elemento de conexión a otros puntos importantes de la zona.
Este proyecto es una elaborada solución que parte de un completo análisis de sitio, que resulta en una propuesta que toma en cuenta el contexto y sus posibles efectos arquitectónicos sobre el desarrollo cultural y público del espacio.
Descripción de los Arquitectos:
El proyecto busca intervenir la obra de Pedro Ramírez Vázquez con el fin de que compita con los grandes museos de arte moderno alrededor del mundo. La propuesta es un concepto de museo subterráneo dentro del Bosque de Chapultepec que nos permite conservar los edificio del museo original, mantener la vegetación existente y conectarnos con los puntos más importantes de la zona tanto naturales como culturales e históricos.
Al iniciar nuestra investigación del sitio nos dimos cuenta que el mayor flujo peatonal proviene del metro Chapultepec, por lo que decidimos crear una conexión directa con el museo al extender el bosque por encima del Circuito Interior y así reforzar el eje entre la Estela de Luz y el Castillo de Chapultepec. A lo largo de esta intervención se crearon taludes que permiten generar zonas de descanso aprovechando la sombra de los árboles. Dentro de este eje colocamos uno de los dos accesos al proyecto por medio de una rampa peatonal que pasa por debajo del Hemiciclo a los Niños Héroes. De esta forma se puede apreciar este monumento desde otra perspectiva y dar inicio al recorrido escultórico.
Otra conexión que consideramos importante fue con el Lago de Chapultepec. Generamos un eje principal alrededor del cual se dan espacios de convivencia entorno a cuerpos de agua que complementan al jardín botánico existente. Estos espacios se pueden utilizar como huertos, áreas recreativas o de esparcimiento.
Al ser Paseo de la Reforma la vialidad principal de nuestro proyecto, quisimos enfatizar la entrada por medio de dos taludes que crean un eje hacia la zona de museos, los cuales se pueden utilizar para eventos o exposiciones y que debajo contienen par te del programa, como el auditorio que tiene un acceso independiente y el restaurante con vista al Lago.
Accediendo, ya sea por Reforma o por el Hemiciclo, se llega a la nueva zona de exposición que se planteó entre los dos edificios existentes de forma subterránea para no competir con la obra de Ramírez Vázquez. La propuesta pretende respetar el área desarrollándose únicamente en los espacios que el mismo sitio va dictando. Las zonas de exhibición responden a la ubicación de los árboles del bosque y se caracterizan por una permanente conexión con el exterior por medio de patios que brindan iluminación natural. Éstos además funcionan como una extensión de las áreas de exhibición al aire libre siempre alrededor de los árboles existentes. Reubicamos las oficinas, bodegas y talleres a un lado de la zona de exposición de forma subterránea para que exista una conexión directa entre ellos.
El edificio existente se utilizará como cafetería, tienda y talleres recreativos en la parte baja y como salón de eventos en la parte superior. Mientras en la Sala Gamboa estarán la biblioteca y la mediateca.
Creemos que la propuesta permite conservar una obra emblemática de la ciudad, resolviendo los problemas del museo actual y desarrollándose dentro del bosque sin alterarlo.